La construcción del currículo en la práctica

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Fotografía: Taller “El territorio expuesto”. El Riesgo como estrategia para la integración, la exploración y la retroalimentación en el arte. Popayán, Enero 20 al 23 del 2014.

¿Qué entendemos por currículo? Mucho se ha escrito sobre el tema y  mil maestros y productores culturales aún están confundidos sobre el término, currículo.

La intención de este texto es provocar a una serie de maestros y artistas para que nos brinden sus relatos más sinceros acerca de la puesta en práctica de un currículo en sus aulas de clase y en sus proyectos formativos, sean estos en educación formal o no formal;  además de incitar relatos de las experiencias en sus proyectos artísticos que contengan componentes pedagógicos. Por ello, he redactado este texto, el cual expone ideas acerca de ¿Qué es un currículo? y ¿cómo éste se construye y afecta los procesos educativos? Más aún, si vemos como muchos de los profesionales en el campo artístico enfocan sus carreras, no a la producción de obra, sino al ejercicio docente, sin éstos tener una instrucción previa o muchos no contar con ello en el inicio de su carrera profesional.

El currículo no solo es un documento escrito, que contienen los lineamientos metodológicos, y los contenidos que deben aprender los alumnos. Es todo lo que comprende la práctica educativa, entendida cómo el conjunto de tensiones diarias que afronta la institución o proyecto personal, respecto a lo que es enseñar. Por ejemplo, las guías metodológicas de un curso o proyecto, los contenidos que éste debe atender, los objetivos generales y específicos, los cronogramas, su justificación, son parte del currículo escrito u oficial, y de la intención educativa que tenemos al diseñarlo. Pero debemos admitir que no todo lo que se planea se realiza y menos de la manera que nosotros lo planeamos, pues en el ejercicio educativo se presentan accidentes, imprevistos, que no controlamos.

Por ello, entender éste como una parcialidad regida por el tiempo (Gimeno Sacristán, 1991) es fundamental, pues no es estático y mucho menos rígido, porque no lo dictamina solamente una persona o institución, ya que se construye a diario, bajo la influencia de todos los actores educativos. De tal manera que, “El mejor modo de interpretar o entender mal un currículum es a partir de un catálogo. Es algo tan inerte, incorpóreo, tan desconectado y a veces intencionalmente engañoso (Goodson, 2000, Pag. 52)“.

Por lo tanto, restringir nuestra visión sobre el currículo como solo una guía de contenidos y modos de enseñar sería torpe y simplista, además de irresponsable demandar de un texto tamaña responsabilidad. Sin embargo, si se entiende éste como una guía que se consigna por escrito, se construye en el aula, se proyecta en lo social y tiene repercusiones políticas, entendemos lo que pretende y lo que logra el currículo en una comunidad. De hecho, muchos autores han hablado de los factores que alteran dicho currículo, por ejemplo, Gimeno Sacristán (1991) cita a Brophy (1984), refiriéndose a los 6 puntos que distorsionan un currículo oficial o escrito:

1. Transformaciones a nivel local.

2. El currículo dentro de un centro determinado.

3. Las modificaciones que introduce el profesor personalmente.

4. El que lleva a cabo.

5. La transformación que tiene lugar en el proceso mismo de enseñanza.

6. Lo que realmente aprende el alumno.

Estos seis puntos señalan cómo y porqué se distorsiona lo escrito y condicionan la enseñanza a una constante revisión y ajuste, abriendo caminos a otros tipos de currículos que afectan la práctica educativa, que no se pactan con anterioridad, generando así subcategorías en él. De hecho, muchos autores han hablado de los diferentes currículos que se construyen alrededor de la práctica, pero solo esta vez analizaremos dos más, el currículo operativo y el realizado.

Ya habiendo mencionado cual es el currículo oficial, damos paso a entender el currículo operativo. Por un lado, éste currículo, es el creado por el maestro, es la traducción que éste hace del escrito y de cómo lo adapta al salón de clases, o al proyecto educativo, considerando las herramientas metodológicas que debe utilizar y cómo serán administradas para lograr el objetivo de la clase. Éste es lo que el profesor enseña, el contenido del plan de estudios, los resultados del aprendizaje, lo evaluado. Puede tener marcadas diferencias con el currículo escrito, por el poder interpretativo de los maestros que demanda. Los estudiantes influyen en su construcción, debido a los acuerdos realizados con ellos (Posner, 2005). Para mí, es uno de los currículos más interesantes de tratar, pues brinda al maestro la posibilidad de imprimir su toque personal en el ejercicio pedagógico, también le brinda la posibilidad, si se continua el curso, de mejorar su práctica educativa, su diseño curricular, respecto al plan de estudios del curso en particular.

Por otro lado, el currículo realizado es lo aprendido por los alumnos, lo medible e inmedible en el ejercicio educativo, desde los afectos que se crean en el aula de clase hasta lo cognoscitivo y lo moral (Gimeno, 1991). Este currículo es difícil de explorar desde lo cuantitativo, pues aunque se posea un sistema medible, cuantificable, respecto a los objetivos del contenido que se diseñe en el currículo oficial, el estudiante aprende de maneras diversas, pues cada uno interioriza lo aprendido a su manera.

Por tanto es necesario hablar de la pertinencia de dicha traducción o interpretación que hacen por parte de los maestros al currículo oficial, de cómo este afecta la enseñanza y cómo es construido el currículo en el aula, en términos generales. Por tal razón cómo nos lo dice Gimeno:

“En este sentido, la creación del currículum se puede ver como un proceso de invención de una tradición. En efecto, este lenguaje se emplea frecuentemente al yuxtaponerse la “disciplinas tradicionales” o “materias tradicionales” con alguna invención novedosa de temas integrados o centrados en el niño.” (Goodson, 2000. p, 57)

Por ello, la creatividad, la capacidad reflexiva del maestro debe ser la prioridad, en esta invención de la tradición. Sin embargo no se le debe cargar toda la responsabilidad a éste de la transformación constante del currículo,  también el área administrativa debe intervenir, el alumno, y en general toda la comunidad educativa, pues es entender el currículo como una construcción social, más que un compilado de objetivos pre diseñados que se deben cumplir. Por ello, el error, la prueba, la constante evaluación y los ajustes son necesarios, a la hora de construir este currículo. He aquí donde la palabra pertinencia cobra importancia, pues el maestro debe leer con habilidad cómo se está desarrollando su clase y hacia donde va, cómo puede construirse de manera conjunta y cómo puede potencializar los objetivos, o ¿Por qué no, encontrar otros?

“Comenzar cualquier análisis de la enseñanza aceptando sin cuestionamiento una forma y contenido del currículo por el cual se luchó y se logró en cierto momento histórico, en base a ciertas prioridades sociales y políticas, aceptar el currículo como indiscutible, significa renunciar a una amplia gama de interpretaciones y conocimientos acerca de factores del control y actuación de la escuela y el aula. (…) Que quede claro que estamos hablando de una sistemática “invención de la tradición” dentro del campo de producción y reproducción social, el currículum escolar, donde las prioridades políticas y sociales son de suma importancia.” (Goodson, 2000. P, 56).

Ahora bien, invito a todos los maestros y artistas, que deseen participar de mi siguiente texto respecto a cómo han realizado la construcción curricular en experiencias puntuales, para ello deben llenar la siguiente encuesta, la cual está diseñada para recopilar sus experiencias en ese ejercicio de interpretación del currículo oficial, sea que lo hayan diseñado ustedes o no; además, que narren cómo han construido el currículo operativo y cómo creen que éste ha afectado el currículo realizado. Todos los relatos se compilarán en un texto, con previa confirmación al autor y se hará un análisis de lo escrito por todos.

De antemano les agradezco la colaboración y espero los textos.

Muchas gracias.

Referencias:

Gimeno Sacristán, J. (1991). El currículum: una reflexión sobre la práctica. El currículo como concurrencia en prácticas (pp. 119 – 126). Morata, Madríd – España.

Goodson, I. F. (2000). El cambio en el currículum (1ra Ed). Investigar la enseñanza: de lo personal a lo programático (pp. 45 – 58). Octaedro, Madrid – España.

Posner, G. (2005). Análisis del Currícuco (3ra Ed). Conceptos de currículo y propósitos de estudio del currículo. Análisis del currículo (pp. 3 – 28). Mc Graw Hill, Mexico – Mexico.

Citado en APA.

Entrevista:

https://docs.google.com/a/carloscamacho.me/forms/d/1O_6qvB_13ld8rq6ES_njG1tPla2WZ010Sm9NRu8giP0/viewform?usp=send_form