Lo comprendido en un taller de fotográfia.
Los talleres “Capturando mis relatos” son una iniciativa impulsada por la Fundación Carvajal a través de su proyecto SABERES, para capacitar a ciertas madres comunitarias que agrupa el ICBF, buscando atender a los retos que presenta la capacitación de estos agentes educativos, en contextos no escolarizados. Estos talleres desarrollan en sus participantes habilidades técnicas en el manejo básico de una cámara fotográfica, al mismo tiempo que busca generar una sensibilidad en el participante alrededor de la imagen. Estas dos actividades están orientadas a generar en ellas una inquietud basada en los problemas de lenguaje que suscita la fotografía, en su importancia cada vez más demostrada por estas sociedades mediáticas, que integran a la creación de contenidos propios, en espacios donde anteriormente no se encontraban. Así que, hablaré de la importancia en la comprensión alrededor de la producción fotográfica, que cada vez demanda más y más atención frente a las diferentes alternativas pedagógicas que se pueden desarrollar con la fotografía.
No hay un sistema de evaluación cuantitativa en las capacitaciones, ya que en ellos, se valora el accionar paulatino de los participantes en los talleres (Perkins, 1999), acumulando evidencias de cada actividad que realiza. Esta perspectiva constructivista en educación atiende cada paso dado por el estudiante como un paso que lo problematiza en su experiencia educativa, integrando los saberes previos en cuanto a manejo de la cámara fotográfica y a su apreciación por la imagen, sintetizando los nuevos retos que se les presenta, técnicos y formales. Estos talleres no son actividades de capacitación aisladas, son parte de un acompañamiento largo y continuo en el desarrollo de actividades didácticas de fotografía en los hogares comunitarios. Visitas domiciliarias, jornadas de desarrollo humano y estos talleres de capacitación, son las estrategias que se despliegan para generar una experiencia educativa integral.
No negaré que cada taller posee una instrucción específica, una guía detallada del entorno digital que cada cámara fotográfica maneja (dependiendo de su modelo y marca), pero conocer cada aspecto al detalle de este no es este el fin mismo del taller; claro, cada maestro debe aprender a dominar unas constantes en su herramienta, para lograr su objetivo, ya que muchas veces el ejercicio fotográfico se entiende como: una destreza técnica sobre el objetivo a fotografiar, las condiciones de luz sobre él y el manejo propio de la cámara. Pero si no se sabe que decir o que actividad desarrollar, no irá más allá de la correcta toma de la fotografía. Así que cada estudiante debe ir más allá de la simple memorización de los ajustes necesarios en el menú (Perkins, 1999), ya que la alteración deliberada de estos ajustes, confrontan el quehacer del fotógrafo por encima del producto final, ya que para tomar fotografías no hay leyes inmutables, solo un lenguaje que se domina desde un punto particular, por ende, para motivar la comprensión por parte de los estudiantes, se debe avanzar en la implementación de la técnica aprendida, sobre la intención al obturar, para ello, una argumentación del ejercicio es necesaria, ya que a veces en nuestra apreciación como docentes de fotografía, se nos escapan aspectos contextuales de los estudiantes, que hay que tener en cuenta al momento de evaluar su desempeño . Un pintor debe aprender a tomar correctamente el pincel, al mismo tiempo debe saber qué va a pintar y qué quiere decir con su pintura, ya que la técnica y la forma no rivalizan en el ejercicio comunicativo.
De esta capacitación se despliegan diferentes alternativas de impacto dentro de los hogares comunitarios, diseñadas por las mismas madres comunitarias y propuestas por mí. Vi con agrado como los talleres se convirtieron en espacios de recopilación de alternativas metodológicas, parecieran una lluvia de ideas, de logros alcanzados por las madres comunitarias, cada una en su espacio, experimentando con la cámara y sus niños, implementando actividades como: diferentes maneras y usos de exponer las fotografías, generando logros prácticos en los comportamientos de los niños y realizando actividades alrededor del currículo formal de las aulas. Pues, la cámara fotográfica y el acompañamiento que se hacía a su implementación se convirtieron en una estimulación en el hogar comunitario. Observé como surgieron propuestas diferentes a las planteadas, desde manejar los momentos diarios por medio de fotografía, hasta usar la fotografía como un motivador para cambiar conductas recurrentes y nocivas de muchos niños, demostrando una comprensión por parte de las madres comunitarias, ya que pudieron flexibilizar lo aprendido y utilizarlo según su criterio en espacios ajenos a las capacitaciones (Perkis, 1999).
En conclusión, la comprensión por parte de los estudiantes, los encamina a crear creativamente, a flexibilizar lo aprendido y a formar un criterio propio, a generar conexiones reales con su contexto y a aplicar con pertinencia lo aprendido. La fotografía es una herramienta que va más allá del mero registro de actividades, ya que las propone, generando experiencias educativas auténticas, pues llaman a la reflexión de una realidad cercana, no solo proponiendo imágenes de ella misma, sino motivando nuevos retratos y validando prácticas que antes no se consideraban importantes o dignas para ser señaladas, como lo son la producción de los momentos pedagógicos del hogar (estos son rutinas diarias de alimentación, educación y aseo en el hogar comunitario) o el manejo del concepto de familia y álbum familiar dentro del hogar y fuera de el.
Link del taller.
Capturando mis Relatos.
Referencias:
Perkins, D. (1999).La Enseñanza para la Comprensión.Vinculación entre la investigación y la práctica. Stone, W. M (Eds)¿Que es la comprensión?(p. 69 – 92). Buenos Aires. Argentina.: Paidós S.A.